Mes: marzo 2015

Resaca

El hecho necesariamente confesable de que el miércoles pasado, por la mañana, Manuel Jabois retuiteó un tuit mío que enlazaba a la entrada anterior a esta que escribo ahora, provocando una avalancha de trescientas visitas en ese mismo día, lo que constituye sin lugar a dudas un récord en la vida de este blog, que no suele recibir ese número de visitas en todo un mes; y la conclusión que se desprende de esto: que un «click» de Jabois ha servido más a este sitio que miles de palabras mías, de frases mías, de carácteres míos, que decenas (de acuerdo, no muchas) de pensamientos y ficciones; lo cual aun obvio, no es muy consolador, máxime teniendo en cuenta que ninguna de esas casi trescientas personas dejó comentario alguno.

La pregunta que no les hice a Jabois, Trueba ni Espada

«Hola, soy Álvaro. Llevamos un buen rato hablando, de forma más o menos explícita, del futuro del periodismo. Me sorprende que nos centremos tanto en cuestiones como las nuevas tecnologías, la relación de los políticos actuales con los ciudadanos y con los medios y la publicidad en Internet, y no se haya dedicado ninguna reflexión sobre las nuevas generaciones que se encargarán de hacer periodismo en las próximas décadas. En este público hay un sector importante de jóvenes, que, apostaría, no estarían aquí si el tema de la charla y del documental fuese el Bosón de Higgs. Me atrevo a aventurar que muchos son, somos, o hemos sido estudiantes de periodismo. Quería preguntaros qué os parece que en España ahora mismo las Universidades estén formando un número de periodistas capaz de cubrir la oferta de trabajo que el sector reúne en toda Europa; y también, si créeis que tiene sentido impartir Periodismo en las Universidades, qué esperáis de los periodistas que vienen, cómo de capacitados creéis que se encuentran. Señor Espada, usted me ha sorprendido hace un momento afirmando que ahora mismo se está realizando mejor periodismo que nunca, tal vez se refiera a la gente joven y pueda contestarme aportando la nota positiva a esta cuestión. Gracias»

 

Guitarra fantasma

He sacado la guitarra del rincón que hay entre mi armario y la pared, donde suelo guardarla, y la he rasgado unas cuantas veces mientras leía el periódico por Internet. Sonaba mal. Pasado un rato, he inclinado la cabeza hasta posar la frente en la mesa. He rodeado mi cabeza con el brazo. He levantado la mirada del suelo y, lateralmente, he visto mi guitarra, vertical, de nuevo en el hueco donde la guardo. No recuerdo en qué momento la he devuelto allí.