John, ReJohn

John Frusciante vuelve a los Red Hot Chili Peppers, o como ostias se escriba. Es una noticia inesperada, casi cuesta creerla, porque los aficionados a la banda, sobre todo los de reciente adhesión, como yo, siempre habíamos pensado en esta posibilidad como pura fantasía (sexual, si me apuran). Pero es así, es cierto, la vuelta de Frusciante llega en el último momento del año, como intentando enmendarlo con solución de urgencia, porque da igual lo bueno o mal que sea un año, llegan las Navidades y siempre parece que fue mejorable. Por lo menos ya sabemos que dentro de un tiempo podremos decir: recuerdo aquellas Navidades porque fueron en las que Frusciante volvió a los Red Hot.
Vuelve unos diez años después de marcharse, que es el tiempo más o menos que había pasado desde que se fuera la anterior vez, que es más o menos el tiempo que había pasado fuera anteriormente… Es tentador imaginarse a la banda escribiendo el comunicado que publicaron ayer («John Frusciante is rejoining our group») y discutiendo: ¿ponemos «rejoining» o ponemos «re-rejoining»?, pon «rejoining» a ver si le va a dar otra locura y se va antes de volver.
El caso es que John va a sustituir a Josh, que sustituía a John, que sustituyó a Navarro, que sustituía a John, que sustituyó a Hillel, y ya más para atrás no se puede ir. Las idas y venidas de Frusciante en la guitarra de la banda explican la historia de la misma como esos cortes que los científicos hacen en el hielo polar y en los que la presencia o ausencia de oxígeno y otros gases les señalan cuántos milenios de años han escarbado. Frusciante ha vuelto como si se tratase de un poderoso fenómeno natural que viene y va cada tanto tiempo, irremediablemente, sembrando desorden y esperanza, con esa cara de rasgos salvíficos que tiene el cabrón. Visto así, nada más natural que esperar que volviese. Y esperar que, según esos ritmos geológicos que parecen ser lo único que obedece, tarde otros dos o tres discos en irse.

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