Mes: junio 2015

Desayuno con visitante

Le llevó unos segundos saber que lo que le hablaba asomando la cabeza desde la puerta de su habitación aquella mañana no era su hijo. Los rasgos flácidos de su cara no eran de su hijo. Lo mandó a la cocina y terminó de vestirse pensativa.

En el desayuno se confirmaron las sospechas. Le tanteó con algunas preguntas, por ver qué sabía, y el resultado fue patético:

-Hijo, ¿está muy caliente la leche?

-Mamá…

Miró con desagrado cómo un hilillo de leche se le escurría por la barbilla. Parecía subnormal. Pensó en la pistola que guardaban en el sótano. Un trabuco que su marido se había empeñado en comprar cuando se mudaron a la casa. Ella entonces le tomó por gilipollas, y le dijo que parecía uno de esos americanos tejanos obsesionados con que alguien entrase en su casa. Era un trabuco fácil de manejar, imposible de errar a una distancia cercana.

En el coche, mientras realizaban el camino de todas las mañanas, no intercambiaron ninguna palabra. El bolso permanecía a sus pies. Él no pareció extrañarse. Mantenía una postura rígida en el asiento del copiloto, sin que nada del paisaje le llamase la atención lo más mínimo.

Cuando llegaron, él abrió la puerta y sacó el cuerpo del coche.

-Hijo, ¿Que no vas a dar dos besos a tu madre?

Él se inclinó hacia ella con la cara inexpresiva.

-Mamá…

El sonido de la explosión parecía desproporcionado para las dimensiones del pequeño arma. De un empujón lo mandó fuera del vehículo. El coche arrancó y siguió su camino al trabajo mientras, efectivamente, del cuerpo muerto manaba un líquido verde y viscoso. Una madre nunca se equivoca.

Brevas (muy brevas)

1

En el momento en que escribía el título de esta entrada venía a mí la sonoridad del título de la película Azul oscuro casi negro (acaso porque la ponían anoche en la tele y vi su final), que es un título muy bueno porque tiene como un ritintín, como un encadenamiento, pues lo dice uno como si se escribiese Azul-oscuro-casi-negro, que por cierto es algo que me pasa con el título Hiroshima mon amour, y eso me gusta mucho, tanto, que en el momento que escribía el título de esta entrada he sentido la tentación de escribir: Brevas muy brevas casi tuits.

2

Ahora que lo pienso (qué coño ahora, el otro día paseando por el parque, pero ya me entendéis), siempre, en cualquier momento y situación*, hay un niño gordito de ojos azules.

*entiéndase por «cualquier situación»: una comunión, una boda, un parque, el cumpleaños de un niño que no es tu hijo, la fotografía de un amigo de cuando era joven, un vídeo de caídas locas, una sala de espera, y cualquier estampa recogida en los Estados Unidos.

3

Recuerdo los soleados recreos de después de comer en el colegio. Duraban toda una hora, y todos los que los disfrutábamos (pues los había que comían en casa) coincidíamos en que eran lo mejor del cole. Recuerdo la tierra seca del patio y que jugábamos con los frutos de los plátanos, esas bolas amarillas de pinchos de las que salía un rabito con el que las podías dar vueltas, haciendo de ellas un artilugio perfecto para la guerra. Pendían de las ramas de los grandes árboles a unos diez metros sobre nuestras cabezas, así que había que esperar para que cayesen y pudiésemos arrojárnoslas unos a otros. Eso era muy divertido. Y tal vez no fuese tan divertido si en aquellos recreos soleados supiésemos que de mayores cada uno había de tener a su alcance, en todo momento, una bola de pinchos semejante, justo en su garganta.

4

Hay gente que escucha reggeton con los cascos en el autobús de las siete y media de la mañana y sobrevive. Imagino que a la manera en que dicen que sobreviven las cucarachas a las bombas nucleares.

5

Fui a la filmoteca a ver Scarface (Brian de Palma), que nunca la había visto, ni siquiera una escena, y a los cinco minutos de película me sorprendió un detalle de la misma. Sorpresa que evité compartir con mis acompañantes por no parecer (más) ignorante. Y es que yo creía que Scarface era una película rodada en blanco y negro. Maldito cartel.

6

La breva anterior no me ha quedado muy bien.

7

Pequeño aleph elaborado por mis sobrinas que no me resisto a compartir:

Leire (con firma) y Celia V. corazón, estrella, luna, sol, planeta tiera, planeta venus, fotos, navidad, papa, noel, renos, goro, pulmones, nariz, cavezca (tachado) cabeza (o zabeca) boca, caballo, planetas, circulo, (algo que no entiendo), cara. paracaidas, glovos, iglesias, lamparas, luz persianas, ventanas, pasteles.

Leire (con firma) y Celia V.
corazón, estrella, luna, sol, planeta tiera, planeta venus, fotos, navidad, papa, noel, renos, goro, pulmones, nariz, cavezca (tachado) cabeza (o zabeca) boca, caballo, planetas, circulo, (algo que no entiendo), cara. paracaidas, glovos, iglesias, lamparas, luz, persianas, ventanas, pasteles.

Aparte de parecer un resumen del universo y del tiempo entero; una desordenada muestra de los elementos que componen la ecuación con la que se explicaría todo, está lleno de hallazgos: 1) consideren la musicalidad conseguida al hacer del término «papá noel» dos términos independientes y la duda no exenta de cierta desazón de lo que podrá significar la palabra «noel», así, a secas. Nos damos cuenta de que creíamos saberlo todo sobre esta palabra, y resulta que no sabemos nada. Es un misterio que no está ni en el diccionario 2) la recapacitación durante la escritura que supone la inlcusión de «planetas» tras el registro de los ejemplos «planeta tiera» y «planeta venus», como si éstos no fuesen suficientes para decir lo que se quiere decir o significar lo que esto tenga que significar 3) la profundidad que se adivina en la idea que surge del conjunto «paracaidas, glovos, iglesias», palabra esta última que aparece con granítica consistencia en mitad de la enumeración 4) la sorpresa de la última palabra, que no parece guardar relación alguna ni con sus inmediatamente precedentes ni con ninguna otra de la lista (no hay nada comestible aparte de los pasteles).

8

Se abren muchos interrogantes ante la teoría casi cierta de que La macarena fuese un fenómeno planeado desde un principio por altas instancias gubernamentales globales con el fin de dirigir, durante aquel verano, nuestra conducta. Desde luego, el plan funcionó. Ninguna canción, hasta entonces, había encontrado tal difusión y supuesto tal explosión de bailoteo, jolgorio y despreocupación en cualquier lugar del mundo y con el mismo ardor (y recuerden, sin Youtube). Pero, ¿qué es lo que querían evitar a toda costa que pensásemos?, ¿qué era lo que nos hubiese hecho hablar, discutir, salir a las calles, gritar, invadir embajadas, derrocar gobiernos, violentar hijas de presidentes, si no hubiésemos estado bailando todo el santo verano La macarena?, ¿qué era ESO que teníamos que haber visto y no vimos?, ¿quién organizó La macarena?, ¿cómo pudo poner de acuerdo a tantos poderes internacionales para urdir tan sofisticado plan?, ¿cómo puede ser que se dejase la parte más creativa, y por tanto delicada, del plan, en las manos de Los del río? ¿hasta qué punto sabían Los del río en lo que participaban? ¿fueron ignorantes víctimas como los demás o cómplices? ¿cómo podemos estar seguros de que Los del río, son, de hecho, humanos?

9

Si habéis llegado hasta aquí podéis comprobar que se trata de la típica entrada que se te va de las manos y a la que al final el título le viene pequeño.