La cocina de mi jefa

Una frase que ha dicho la jefa hoy y que me ha llamado la atención: “los días que vuelvo a casa y aún tengo ganas de hacer la cena es cuando me siento jodida. Porque sé que aún podría haber dado más y haber ganado más”. Mientras seguía disertando, excitada, pensé yo que cocinar, algo tan básico para la vida, en el caso de mi jefa constituía un lastre para el desarrollo profesional y por supuesto económico de uno mismo. Algo tan orgánico, tan ligado a nuestra naturaleza animal y vital como es el preparar nuestros alimentos, enfrentado al poderoso dinero. La vida contra el trabajo en vez del trabajo dentro de la vida. Los bolsillos de mi jefa producirán el tintineo celestial de las monedas al chocar, pero su estómago seguro que entona el lamento eterno de no conocer otra cosa que comida fría o precocinada. Espero que mi jefa no tenga hijos, o que éstos ya cocinen en su lugar. Los billetes son bonitos, pero no se pueden comer.

2 comentarios

  1. Cada uno se sostiene como como puede, Álv.
    Sí, las vidas que se rigen por el dolar son un poco tristes (a mi parecer, claro). Pero, ¿acaso no lo son todas las vidas que se rigen por falsas necesidades?
    En cuanto haya algo que ansíes y no tengas, será triste.
    Lo de tu jefa es extremo, obvio, pero hay tanta gente en el mundo deseosa de cosas innecesarias que no se puede acribillar solo a unos pocos.

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    1. Bueno, lo de mi jefa es algo más que sostenerse…Estoy de acuerdo en lo de las falsas necesidades, pero no en que en cuanto ansíes algo y no lo tengas debe ser triste. Simplemente uno no puede tenerlo todo, y aceptar nuestras limitaciones es necesario para ser felices.
      No me esperaba PARA NADA un coementario tuyo así. Por eso, gracias especiales :)

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